Que no se te pase: cada cuánto tiempo debes cambiar el anticongelante del coche
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El mantenimiento del vehículo es clave para que este funcione adecuadamente y alargar su vida útil. El motor necesita trabajar en un determinado rango de temperatura y en invierno puede verse afectado por el frío, al igual que otras piezas. Es aquí donde entra en juego el líquido anticongelante que, tal y como su propio nombre indica, se encarga de que la mecánica del vehículo no se congele como consecuencia de las bajas temperaturas propias del invierno.
Aunque muchas veces se confunden, el refrigerante y el anticongelante son elementos distintos. Sin embargo, sí es cierto que se complementan y normalmente van juntos. Es fundamental asegurarse de que los depósitos del refrigerante y el anticongelante están llenos y que no existe ninguna fuga en el estanco.
Una de las dudas más extendidas entre los conductores es la de cada cuánto tiempo hay que cambiar el anticongelante del coche. Pues bien, lo más recomendable según los expertos es hacerlo cada 40.000 kilómetros.
Si alguien no coge apenas el coche y le cuesta varios años alcanzar los 40.000 kilómetros, es recomendable sustituir el anticongelante cuando pasa el tiempo porque va perdiendo sus propiedades anticorrosivas.
Además, es importante revisar de forma periódica el circuito para comprobar si hay alguna fuga y, si es así, acudir al taller inmediatamente. ¿Qué ocurre si un vehículo circula sin anticongelante? Las consecuencias pueden ser varias.
En primer lugar, el motor empezará a perder eficiencia durante el funcionamiento. A medida que pase el tiempo, se verán afectadas las partes móviles, ya que el anticongelante evita la aparición de óxido y corrosión en las piezas al protegerlas de las bajas temperaturas.
Mantenimiento del coche en invierno
Con la caída de temperaturas, sobre todo si el vehículo está a la intemperie día y noche, la vida útil de la batería se puede ver afectada. Teniendo esto en cuenta, es importante revisar el estado de carga de la batería con un polímetro cada cierto tiempo.
Revisar los neumáticos en los meses de invierno es fundamental para garantizar la adecuada adherencia del vehículo con el asfalto y, de esta manera, evitar las pérdidas de control. Además, hay que prestar atención a la presión de inflado y la profundidad del dibujo.
En lo que respecta a las luces, estas son muy importantes durante todo el año, pero en invierno se vuelven vitales ya que hay menos horas de luz natural. Y, por último, es recomendable llevar algunos accesorios en el coche en esta época del año: rascador de hielo, manta térmica, linterna, agua, alimento energético y guantes de goma.